13 ago 2009

Carnaza de dragón


En Drakomancia los dragones no te ayudarán de manera altruista; en las tierras de Shirk T'hala hasta la lealtad tiene un precio. Cada dragón tendrá unas exigencias diferentes dependiendo de su naturaleza. Todo buen drakomante deberá ser capaz de controlar los tres poderes básicos, cuya cuantía dependerá de la buenaventura (bien representada por el azar de los dados y las cartas). Estos tres poderes se manifiestan a través de los dracominions, pequeños bastardos draconianos que estarían dispuestos a tirarse de un puente si se lo pidieras.


Poder económico

Los dracos tasadores únicamente mantienen de su remoto, muy remoto, ancestro el amor generalizado por el oro, o por todo lo que brilla en particular. Éste es el más impredecible de los poderes ya que la codicia de los dragones puede hacer acudir a tu llamada a los dragones más "peculiares".


Poder militar

La guerra, el olor a sangre, el sabor de la destrucción...son otro de los ingredientes necesarios en esta campaña. Los encargados de sembrar el caos y la desolación en tus dominios serán los dracos bélicos, descerebradas lagartijas cuyo único pensamiento es atravesar con su lanza todo lo que encuentran como si se tratase de una brocheta. Este tipo de poder atraerá a los dragones más salvajes, engendros ávidos de muerte.



Poder místico

Brujería, ocultismo, magia y, porqué no, religión. Estos arcanos poderes te otorgarán dominio sobre los grandes dragones mitológicos más versados en las artes del subtefugio que en el arte de la guerra. Los acólitos dracos chamánicos actuarán a modo de pequeñas fuentes de creencia que dejarán fluir libremente este poder místico por los verdes pastos de Shirk T'hala.

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